Taiwán, México y Costa Rica son los destinos mejor posicionados para trabajar en el extranjero, según un informe realizado entre más de 12.000 expatriados por la red InterNations. La calidad de vida y de los servicios sanitarios de Taiwan son dos de los aspectos más valorados por los participantes en este análisis. Y, es que, como consecuencia de la pandemia, la protección de la salud es un factor determinante para los profesionales que son trasladados por sus empresas.

En el mes de marzo del año pasado, cuando la amenaza de la Covid-19 se convirtió en una realidad que cambió la vida de prácticamente toda la humanidad, muchas compañías tuvieron que hacer frente al reto de gestionar la prevención de la salud de sus trabajadores deslocalizados. Las circunstancias no eran favorables, en cualquier caso, pero el hecho de que cada país adoptara medidas diferentes, lo dificultó aún más. Muchas organizaciones tuvieron que hacer un esfuerzo añadido dentro de su programa de expatriados, para garantizar la cobertura sanitaria de sus profesionales y, en algunos casos, facilitar su repatriación.

Una vez superado el escenario más crítico de la pandemia, al menos a priori, parece que se reactiva la actividad de estos trabajadores, aunque en un contexto en el que surgen algunos nuevos condicionantes que, por el momento, van a estar muy presentes:

  • Seguro de salud privado. Si la cobertura sanitaria antes era importante, ahora es muy difícil que las Cartas de Desplazamiento, en las que las empresas incluyen las condiciones para sus trabajadores expatriados, no incluyan una póliza privada de salud.
  • Vacunas y certificados de vacunación. En función de cada país, los procesos de vacunas pueden contemplar o no a estos trabajadores, por lo que sus empresas deben favorecer que puedan acceder a ellas, incluso facilitando su retorno al país de origen.
  • Traslados. Al existir todavía limitaciones en muchos aeropuertos y otros medios de transporte, es necesario dotar de mayores recursos y flexibilidad a los movimientos de los profesionales.
  • Mayor comunicación. La complejidad e incertidumbre que ha provocado el coronavirus puede suscitar en los trabajadores deslocalizados cierta sensación de vulnerabilidad. Para mitigarlo y generar confianza, las compañías deberán incrementar la comunicación con sus equipos.
  • Contratos de alquiler: En los últimos meses se ha generalizado en los nuevos contratos de arrendamiento la inclusión de la cláusula Covid, por la que, en caso de un nuevo estado de alarma, el inquilino puede cancelar el contrato sin penalización. Además, se han producido otros muchos cambios en el mercado que deben ser tenidos en cuenta.
  • Nuevos protocolos. Por último, incluso en aquellos casos en los que existía un programa de expatriados bien definido, la pandemia ha evidenciado la necesidad de actualizar en líneas generales los protocolos de actuación ante coyunturas imprevistas.