El famoso escritor estadounidense, Mark Twain, afirmaba siempre que podía, que viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente.

Al mismo tiempo, el poeta italiano Cesare Pavese también tuvo algo que decir al respecto, “Viajar es una brutalidad. Te obliga a confiar en extraños y a perder de vista todo lo que te resulta familiar y confortable de tus amigos y tu casa. Estás todo el tiempo en desequilibrio. Nada es tuyo excepto lo más esencial: el aire, las horas de descanso, los sueños, el mar, el cielo; todas aquellas cosas que tienden hacia lo eterno o hacia lo que imaginamos como tal”.

Razón no les faltaba y es que los beneficios de viajar son tantos…

Hoy, por ser el Día Internacional de la Paz, hemos hecho un recuento de todos los frutos que se recogen para construir una sociedad mejor con sólo cargar una mochila al hombro y emprender una nueva aventura.

Mejoramos nuestras habilidades comunicativas
Da igual si viajas solo o en compañía, o si el lugar al que llegas hablan o no tu idioma. El nuevo entorno te hará escuchar con mucha atención lo que los lugareños tienen que decir.

Además, si no entiendes en absoluto el idioma, te verás obligado a comunicarte de muchas formas distintas y te darás cuenta de que, aunque no lo creas, entenderse es mucho más fácil de lo que parece.

Aprendemos a que no siempre tenemos la razón
Es probable que durante años hayamos creído que tenemos la razón ante un determinado tema o una forma de hacer las cosas. Viajar nos enseña cuán equivocados estamos.

El mundo está lleno de diferentes formas de verlo y al vivirlo en primera persona entendemos que tener o no la razón pasa a un segundo plano, lo importante va mucho más allá.

Incluimos una nueva palabra a nuestro vocabulario: empatía
Sin duda, viajar nos invita a ponernos en 'los zapatos del otro' y a entender que hay infinitas formas de ver el mundo tan válidas como la nuestra.

Viajar nos enseña a dejar atrás al mundo tal y como lo conocemos para dar paso a uno nuevo lleno de posibilidades y grandes experiencias donde lo que importa es el otro.

Resolvemos problemas con mayor facilidad
Durante los viajes es muy fácil encontrarte frente a problemas que deberás resolver tú solo. Y, sin duda, enfrentarse a un problema lejos de tu hogar y de tus seres más cercanos puede ser una tarea ardua.

Cuando esto suceda, respira hondo y piensa que todo tiene solución. De hecho, te darás cuenta de que lo que creías que era un problema imposible de resolver en un principio, se ha vuelto un aprendizaje.

Perdemos el miedo a lo desconocido
La incertidumbre de salir de nuestra zona de confort puede hacernos creer que lo vamos a pasar mal. Nada más lejos de la realidad, viajar nos enseña que muchas veces, en lo desconocido está la verdadera felicidad.

Recuerda que la vida está llena de cambios y nada es eterno, atrévete a vivir dejando a un lado la estabilidad ficticia que nos brinda no movernos de un lugar.

Y a tú, ¿has experimentado alguno de estos beneficios al viajar?