Este distrito de Madrid, preferido por los universitarios, tiene mucho que ofrecer. Antiguamente era un barrio pensado por y para los militares y aún hoy conserva muchos de los edificios de los edificios castrenses. Es una de las zonas mejor comunicadas de la capital, siendo el intercambiador de Moncloa, lanzadera de autobuses que conectan Madrid con todos los municipios del oeste de Madrid, así como facultades universitarias.

En la actualidad, es un barrio lleno de residencias para estudiantes, pisos amplios para compartir y viviendas de familias "de toda la vida". En Moncloa-Argüelles todavía quedan bastantes pequeños comercios, bares de toda la vida y negocios locales que dotan al barrio de un carácter auténtico. Aunque también es cierto que en este distrito madrileño se hallan todas las tiendas y franquicias con las que convivimos y necesitamos.

Algo que también es muy de agradecer en este barrio, es lo cerca que tiene zonas verdes para hacer deporte, pasear o simplemente respirar un aire más sano. Los Jardines de la Rosaleda, el Templo de Debod, la Casa de Campo o el Parque del Oeste lindan con este distrito.

Monumentos y visitas

Hay numerosos planes que hacer en este barrio tanto si somos vecinos como si no. El magnífico templo de Debod, que tantas veces hablo de él, se ubica aquí. También suelo mencionar la opción del teleférico de Madrid, porque es una forma bastante agradable y casi vintage de sobrevolar Madrid. Desde lo más alto (92 metros) y también con vistas panorámicas a la ciudad, se puede subir en el rapídismo ascensor que tarda 50 segundos en hacer el trayecto hasta llegar al mirador del Faro de Moncloa.

¿Quién fue Argüelles?

No puedo dejar de explicar los barrios que hacen honor a alguna personalidad. Agustín de Argüelles Álvarez fue un político español apodado como "El Divino", que aconsejó a la reina Isabel II y redactó el preámbulo de la primera Constitución española. Argüelles es uno de los primeros españoles en aprender un buen inglés, lo que le sirvió para hacer carrera diplomática. El mote le vino dado por sus increíbles dotes de oratoria, Argüelles embelesaba al hablar. En el barrio existe una estatua de este famoso asturiano (nacido en Ribadesella). Primero estuvo ubicada en plena calle Princesa, pero tras sufrir un accidente de tráfico -una embestida en toda regla- la estatua de tres metros fue llevada a restaurar para después terminar en el Templo de Debod. Finalmente, desde 2011 se ubica en la esquina de Pintor Rosales con Ferraz.

Lo que viene

El barrio se ha llenado de mercados como el espacio gastronómico Mercado de Moncloa,  rooftops en hoteles y edificios históricos (Ginkgo Skybar ), numerososo sitios de brunch -increíble el de The Toast Café-, cafeterías indispensables como Mur Café, o cervecerías divertidas y decenas de grifos como Tap Room.

De toda la vida

Pero el barrio de Moncloa también es sinónimo de sitios castizos, de toda la vida, con sus parroquianos, donde prima conocer a sus clientes y tratarlos bien. Se me ocurren, sin dudarlo, los siguientes:

  • 1. Bar Morales, El Atómico. Ubicado en la Calle de Meléndez Valdés, 58. Un bar de siempre, desde 1951, en el que se piden boquerones en vinagre y ensaladilla rusa, entre otros productos de cocina casera.
  • 2. La Ola. Este pequeño bar, de azulejo blanco, se halla en la Calle de Fernández de los Ríos, 53. Cañas muy bien tiradas. Ideal para empezar la ruta o para tomar el aperitivo.
  • 3. El Berdi. Un bar, con una buena barra, y un comedor en el que las raciones son cuantiosas y la carne de Ávila riquísima. Su dueño, Vidal, es un encanto de persona y apasionado de su trabajo. El Berdi se encuentra en la calle Blasco de Garay, 66.

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