Bueno, puede que no lo supieras, pero sí, en Turquía también estamos. Y dónde si no: en Estambul. Como el saber no ocupa lugar, creemos que el placer tampoco lo hace. Y como mayor placer que viajar no se nos ocurre, hoy queremos hablarte de nuestra particular puerta europea hacia Asia. La capital de la antigua Constantinopla, la ciudad más poblada de Europa, el final del Orient Express…, son tantas las cosas con las que podríamos empezar a hablar de Estambul que nos gustaría que las descubrieras por ti mismo.

1. Santa Sofía

Catedral católica, catedral ortodoxa…, pero desde hace ya unos cinco siglos, desde la caída de Constantinopla, Santa Sofía tiene nombre de mezquita. Aunque en las últimas décadas estuvo sólo funcionando como museo, en 2020 volvió a reconvertirse en mezquita para el culto de los ciudadanos. Siendo el monumento más visitado del país, también es el edificio más influyente de la arquitectura otomana, ya que ha servido de referencia para otras muchas mezquitas en el resto del mundo, no sólo en Estambul.

Mezquita Santa Sofía, Estambul, Turquía

2. La Mezquita Azul

Suele disputarse con Santa Sofía la etiqueta de mezquita más importante de Estambul, pero eso a nosotros nos importa poco porque nos encantan las dos. Además, se encuentran ambas a apenas unos minutos de distancia. Aun así, es cierto que, de todas las niñas bonitas de Estambul --que son muchas--, la Mezquita Azul probablemente sea su favorita. Frente a la solemnidad de la cúpula de Santa Sofía y sus mosaicos, la Mezquita Azul o Mezquita del Sultán Ahmed alberga en su interior decenas de miles de azulejos que, junto a sus vidrieras, llenan de luz y de colores imposibles la parte superior del edificio. El interior de la mezquita es un pasaje directo a la belleza y, probablemente, una de las experiencias más intensas que se puede vivir en la metrópoli turca.

La mezquita azul, Estambul, Turquía

3. La Cisterna Basílica

Construida durante la época bizantina y con casi 10.000 metros cuadrados de superficie, esta cisterna es la más grande de todo Estambul. También conocida como Yerebatan Sarayi --que literalmente significa “palacio sumergido”--, la Cisterna Basílica, antes de proveer de agua al Palacio Topkapi, servía para abastecer al Gran Palacio de Constantinopla. Su visita, que antiguamente se hacía en barca a través del agua, ahora se realiza a través de unas pasarelas habilitadas entre las más de 300 columnas que soportan el peso de la cisterna. El reflejo del agua y la iluminación de tonos rojo hacen que el paseo sea, sin duda, un espectáculo memorable y todo un mundo subterráneo bajo los pies de la inmensa Estambul que nadie puede perderse.  

Cisterna basílica, Estambul, Turquía

4. El Gran Bazar de Estambul

45.000 metros cuadrados, 20.000 trabajadores, más de 3.000 puestos, más de 60 calles y 22 puertas. Se dice pronto, ¿verdad? Bueno, quizá no tan pronto, pero sí has de reconocer que son cifras de escándalo para un mercado. Así es el Gran Bazar de Estambul, no sólo el mercado más grande de la ciudad, sino uno de los más extensos de todo el mundo. Conocido como Kapali Çarsi, se encuentra en el casco viejo de la ciudad y constituye el epicentro social de Estambul, en el que parece que el tiempo se resiste a su propio paso. Tradición y bullicio se mezclan entre sus calles para ofrecer al consumidor joyas, artesanía, ropa y hasta comida al mejor precio posible. Eso sí, siempre regateando. Lo que no te va a hacer falta regatear es este piso, que no sólo está genial de precio, sino que tiene todo el encanto que de Estambul esperamos ofrecerte.

Salón, libros, estantería, alfombra, Estambul, Turquía

5. Paseo por el Bósforo

El Bósforo es el estrecho que conecta el mar de Másmara con el mar Negro. El dato parecería irrelevante si no fuera porque el estrecho separa la ciudad en dos mitades: la parte europea y la parte asiática. Así, Estambul es posiblemente el mejor ejemplo de ciudad transcontinental del mundo. Con precios bastante asequibles, el paseo en crucero por el Bósforo, por su parte, podría ser el punto final perfecto a un viaje a Estambul. De día, bajo el sol del atardecer turco o ante la fragante iluminación nocturna de la ciudad: cualquier opción es buena para despedirse de dos continentes al mismo tiempo.

Hombres pescando en el Bósforo, en el puente, Estambul, Turquía