-Texto original por SABRINA, traducción por Andrés Varela-

Aunque sabemos que aún queda mucho para San Valentín y aunque puede que ya tengas pareja, estés saliendo con otra persona o estés a dos velas, estamos seguros de que este artículo podrá resultarte de lo más útil si estás pensando en salir a vivir o estudiar en el extranjero. Sobre todo si eres de esas personas a las que les ha impactado una flecha de Cúpido "fabricada en el extranjero".

Tú no te preocupes, que todos hemos pasado por esto... Bueno, todos no, pero yo sí.

Puede que pienses que no eres del tipo de personas a las que les ocurren este tipo de cosas, pero créeme, yo pensaba lo mismo y mira tú por donde, aquí estoy, 10 años después, recordando el momento en el que enamoré durante mis prácticas en Londres. Por aquella época puede que tan solo chapurreaba el inglés, pero ya era toda una entendida en el idioma del amor. Y este idioma, amigos, es totalmente universal.

Estos son algunos detalles y consejos que, en mi humilde opinión, deberías conocer antes de llenarte el estómago de mariposas:

Los pelos y señales del amor en el extranjero

1. Aprenderás cosas sobre el resto del mundo que desconocías por completo.

Si te enamoras en tu trabajo o la universidad del extranjero, lo más seguro será que lo hagas de una persona de otra nacionalidad. Verás cómo estar con esa persona expandirá tu vocabulario y expandirá tu mentalidad y corazón. Con ella, aprenderás cosas sobre otras culturas y por consiguiente, del resto del mundo.

2. Cómo saber si se trata realmente de amor.

Salir de casa por primera vez es toda una experiencia. Pero después del frenesí, el miedo y la soledad de las primeras semanas, de repente, todo se vuelve más fácil y puedes comenzar a pasártelo como nunca. Verás cómo te sientes (casi) como si fueras de la zona, harás nuevos amigos, descubrirás nuevos sitios y te lo pasarás en grande cada día. Pero llegados a este punto, es fácil contagiarse del "síndrome del amor por el mundo", e incluso más fácil confundir un simple rollito o amorío con el verdadero amor. La mejor manera de entender cómo te sientes es preguntarte: "¿Qué parte de su atractivo recae sobre el hecho de ser de otra nacionalidad?". Lo que se resumiría como: "¿Te habrías enamorado de esta persona si la hubieras conocido en tu país?, ¿qué opinan tus amigos?, ¿te gustaría que tus padres la conocieran?".

3. Pasión a distancia

Cuando volví a casa, después de año y medio de relación se me desgarró el corazón. No tenía ni idea de lo que suponía una relación a distancia, además, por aquel entonces no existían ni el Facebook ni el WhatsApp. Tan solo los móviles ladrillo y Skype en una época en la que el Internet era bastante caro. Pero no te desanimes, algunas relaciones a distancia acaban funcionando. Pasamos por dos años y medio de relación a distancia (solo nos veíamos algunos fines de semana y durante las vacaciones) y un años juntos de nuevo en Londres antes de volver a separarnos por otras razones. Pero como ves, no hay nada imposible, solo depende de cómo te tomes el no tener a tu media naranja en persona cada día. Supongo que depende de la personalidad y necesidades de cada uno.

4. La diferencia horaria es un p*** rollo

Mientras que en mi primera relación a distancia solo teníamos una hora de diferencia, en la última, yo estaba en Australia y mi pareja en Europa, lo que suponía una diferencia de 12 horas. Era como vivir en el futuro y un completo desastre. Solo podíamos hablar o vernos durante una pequeña franja horaria y aunque nos dejábamos mensajes, no terminaba de ser lo mismo.

5. Sin presiones externas

Una de las mejores cosas de empezar una relación fuera de casa es que no tienes las mismas influencias externas, véanse los prejuicios y opiniones de tus amigos, y la curiosidad de tus padres. Mientras que de esta forma puedes ser tal y como eres.

6. Puede que solo sea cuestión de meses

No digo estor para frustrar vuestras ilusiones románticas, pero, en mi defensa, he de decir que a veces no hay amor, por mucho que queramos. En ocasiones, no resiste el imparable paso del tiempo, se deteriora por la distancia o se apaga por la falta del roce (sí, besitos y lo que les sigue). También puede ocurrir que tú y/o tu pareja cambiéis  y estas diferencias hagan insostenible la relación.

¡Enamoraos, hijos míos!

Estudiar en el extranjero será una de la mejores experiencias de tu vida. Durante este tiempo llegará el amor, pero también se irá y te hará daño, pero no por eso debes alejarte de él. No te voy a mentir, para mí fue duro. Tener una relación a distancia puede ser muy doloroso y se producen un montón de malentendidos y la falta de contacto puede suponer un bache en tu relación. A todo esto, se le suma un esfuerzo económico notable, pero es algo que puede sacarse adelante. Hazme caso, solo tienes que ser realista con tus expectativas y planes de futuro, como ocurre con cualquier tipo de amor, ya sea en casa o en el extranjero. Así que mi último consejo es:

Aprovecha tu vida al máximo, no tengas miedo de enamorarte ni dejar que el amor inunde tu vida, pero lo más importante y por encima de todo, ¡quiérete!

¿Algunas vez te has enamorado en el extranjero? ¡Pues comparte tu experiencia en los comentarios!

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