Escrito por Rebecca Wood
[Traducido por Víctor Zamorano]

Hace unos meses fui a un banco a abrir una cuenta. Me acababa de mudar a España y apenas era capaz de empalmar un par de palabras en español. Aya caramba era todo mi español, lo que no era de mucha ayuda en mi vida diaria. [Nota del traductor: en realidad lo correcto es "Ay caramba", y es lógico que no sea de mucha ayuda… Tal vez en México…]

Olvídate del Google translator

Había googleado la traducción de “new account” y dije tímidamente a la dama del mostrador que quería una cuenta. Dato: las mujeres españolas dan mucho miedo. ¡Así que imagínate un encuentro con una mujer española que trabaja en un banco! ¡Aya caramba!

Sonrió y luego sacudió la cabeza, indicando que no hablaba nada de inglés. Tuve que esperar a su compañero el que sí hablaba inglés.

“No ha ido mal…” pensé, mientras me sentaba.

Tras un par de horas y media, el famoso compañero me hizo pasar con gestos a su despacho. Para mi sorpresa, su inglés se reducía a “good afternoon”.

Perdí dos horas y media de mi vida para nada. Imagina todas las cosas increíbles que podría haber hecho en ese tiempo (quizás podría haber aprendido algo de español; ¡nunca recuperaré esas dos horas y media!).

Tengo cinco palabras para ti: el poder de la guionización.

Cuando entré en ese banco con mi pelo rubio, mis ojos azules y mi español mínimo, claramente no de España, hice sentirse a la dama del contador, llamémosla Margarita, incómoda (hice sentirse incómoda a una temible señora española; ¿quién imaginó que podría ocurrir algo así?). Tenía incluso mi traductor a mano y preparado, debido a la obvia barrera lingüística, temblando mientras murmuraba palabras al azar en español. Era el paradigma de un extranjero. [Nota del traductor: o sea, una guiri].

Margarita pudo haberme abierto esa cuenta allí mismo, en ese momento, con toda facilidad, pero fue reacia a atenderme, lo que me tuvo esperando cruzada de brazos durante dos horas y media.

La guionización es un arma poderosa


Podría haber soltado un texto bien ensayado y memorizado a nuestra amiga Margarita y lo hubiera resuelto con confianza. Podría haber entrado allí como si el sitio fuera mío y haber salido a la media hora con una cuenta de banco nuevecita no abierta sino por nuestra buena vieja amiga Marga. [Nota del traductor: no sé yo...]

¡Con este sencillo trámite, Margarita habría sonreído y luego asentido! Habría iniciado el papeleo explicándome un montón de cosas en un rápido español, pensando que pertenecía al club secreto de temibles señoritas hispanohablantes. ¿Cómo lo sé? Porque eso es exactamente lo que hizo el colega “angloparlante”.

Debería haber sonreído, lanzando un si casual aquí y allá. Margarita me habría preguntado entonces si quería una copia en inglés del contrato, ¡e voila! (sí, soy consciente de que eso no es español). [Nota del traductor: sea español o francés, convendría escribirlo correctamente… "sí" y "et voilà"].

¿No es eso mentir? Puede ser. ¿Y qué? La guionización no sólo salvará dos horas y media de tu vida, sino que además te pondrá en contacto con la comunidad.

Acostumbrándose a los nativos

Hacer que la gente como Margarita se sienta cómoda al entablar una conversación te permitirá involucrarte con los hablantes nativos. ¡Eso te lo garantizo (y esta vez no estoy mintiendo)!

Tendrás la oportunidad de escuchar el idioma, practicar el idioma y en último término aprender el idioma. ¡En lugar de darse la vuelta, Margarita querrá abrirte esa cuenta de banco!

Escuchando el idioma podrás imitar los sonidos y la cadencia, evitando un acento cerrado y facilitando la fluidez. Nadie quiere tener acento. ¡Y déjame decirte que Margarita tampoco quiere oír este desagradable y cerrado acento! Es por lo que me despachó, probablemente.

¡Puedes guionizarlo todo! ¿Quieres seducir a esa monada de enfrente? ¡Guionízalo! ¿Estás buscando algo en la farmacia? ¡Guionízalo! ¿Estás pidiendo comida para llevar? Guionízalo y puede que te caiga algún detalle de regalo (ahorra dinero Y suena bien… ¡Premio!).

Guionizar funcionará de maravilla y te aproximará a los locales, que te incluirán en sus conversaciones, cultura y estilo de vida. ¿No es precisamente de lo que se trata al aprender un idioma extranjero?

Sí, a lo mejor no entiendes demasiado, o más bien nada, pero al menos estarás involucrado. Siempre que las Margaritas de este mundo consientan en hablar contigo, habrás vencido.

¿Es esto mentir realmente, o es solo una astucia brutal?

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