Las expresiones madrileñas beben de las fuentes del casticismo, el lumpen y la movida. Pero la capital de España es un crisol donde confluye gente de todo origen y pelaje, así que es difícil precisar si estas expresiones nacen en Madrid o se popularizan allí. El caso es que se expanden rápidamente y se oyen también en otras partes de España.
Desde Spotahome queremos darte una lista de las imprescindibles que necesitas conocer para pasar por un auténtico madrileño!

  • De Madrid, Madrid. Como en toda gran ciudad, la frontera entre la misma y su conurbación es difusa. Con esta expresión se arregla eso. Ni de Fuenla no de Móstoles.
  • Tronco (amigo), mazo (mucho), kely (casa), teky (taxi)... No son expresiones, pero son términos de jerga muy “del foro”; o sea, madrileños. Ramoncín será lo que sea, pero su Tocho cheli se convirtió en una referencia ineludible.
  • Ser gato. Implica tener cuatro abuelos madrileños, nacidos en Madrid. Es algo sumamente difícil; no me atrevo a dar porcentajes.
  • Qué movida. No podía faltar la expresión que dio nombre a todo un movimiento cultural (o eso dicen ahora). Una movida es… una cosa… un acontecimiento… No sé, una movida.

De Madrid al cielo

  • Si vienes a Madrid, eres de Madrid. Hubo una campaña publicitaria que empezaba así, y algo ha calado. Algo.
  • Canela fina. Algo muy bueno. No podía faltar esta expresión con reminiscencias cincuenteras procedente del chotis de Agustín Lara.
  • Ejque. Si algo define a un madrileño no es una expresión, sino un acento. Ni casco ni bosque ni chusco, sino cajco, bojque, chujco.
  • Ya te digo. Viene a ser un “estoy de acuerdo”, pero llega a servir casi para todo, aunque no estés de acuerdo.
  • ¿Que no? Para terminar una frase. Sustituye al clásico “¿a que sí?”.
  • Al loro. Atento. Otro clásico que seguramente hunda sus raíces en la movida (cuando el loro era el radiocasete), y que hoy es realmente de uso cotidiano. Que se lo pregunten al segundo mejor alcalde de Madrid.
  • En cero coma. Muy rápido.
  • Bajarse. Un madrileño siempre se baja, sea a jugar al parque o de fin de semana (da igual que sea a Gijón que a Granada).

Taxis, escuela de la vida...

  • Más chulo que un ocho. Pintiparada le viene a cualquier madrileño esta frase que tiene su origen en lo guapos que iban los madrileños en el tranvía 8 que iba a San Antonio de la Florida en las fiestas patronales de San Isidro.
  • La casa de Tócame Roque. Ha quedado como sinónimo de desorden esta corrala del siglo XVIII que se negó a pagar a su propietario. Unos okupas dieciochescos.
  • Si es que como el agua de Madrid… No puede faltar para romper el hielo con cualquier camarero que te ponga una inmejorable caña madriletis.
  • Nueve meses de invierno y tres de infierno. Este refrán más que expresión se explica solo, sobre todo el 15 de enero a primera hora y el 15 de agosto a las cuatro de la tarde.
  • El lenguaje no verbal. Mirar a todo el mundo como si estuvieras de vuelta de todo, y ellos no. Nadie domina ese arte chulesco como los madrileños.

Pero vamos, que en el fondo, y aparte de la forma de hablar, ser madrileño es ante todo una actitud ante la vida; un querer ser de una ciudad que se sabe mestiza sin reconocerlo, una villa venida arriba con pretensiones neoyorquinas, la capital artificial de un país que no se entiende.

Seguramente nos falten muchas, ¿se te ocurre alguna expresión madrileña más?

¿Con ganas de conocer el ambiente nocturno madrileño? Aquí tienes todo lo que necesitas saber! Feliz lectura!

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