El acceso a la vivienda tradicionalmente siempre se ha concentrado en la misma disyuntiva: compra o alquiler. Frente a nuevas fórmulas residenciales como el coliving o el build to rent, las preferencias por comprar o alquilar dependen de muchos factores: la oferta de viviendas, el precio medio, variables sociodemográficas, valores culturales, etc. Y todo ello, claro, en función del país en el que estemos. En el caso de los jóvenes, hay un pensamiento generalizado de que la mayoría de ellos tienden a alquilar frente a comprar vivienda, pero ¿es realmente así? Y si así fuera, ¿a qué se debe?

Según datos de Eurostat, en 2018 el 48,2% de los que tenían entre 18 y 34 años vivían con sus padres, un porcentaje que aún era mayor en España, alcanzando el 62,8 %. Estas cifras, además, pueden haberse acrecentado debido a la pandemia. Por debajo de la media europea se encontraban, en contraste, los países nórdicos, como Dinamarca (18,8 %), Finlandia (19,7 %) o Suecia (24,1 %).

En un rango de edad más estrecho, entre los 25 y 29 años, el 55 % de los jóvenes españoles vivían con sus padres en 2020, el año cero de la pandemia, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Estas cifras apuntalan la alta dependencia económica de los jóvenes, especialmente en esa franja de edad, en la que ya han podido finalizar sus años de formación y acceder al mercado de trabajo.

En España, el aumento de la población que opta por el alquiler frente a la compra es generalizado, de un 20,2 a un 24,9 % en la última década. Además, dentro del continente, España es el país donde más ha aumentado el número de inquilinos en el último lustro, tal y como explica la consultora Savills Aguirre Newman. Este incremento se debe en gran parte a las dificultades a las que se enfrentan los jóvenes a la hora de comprar una propiedad. Al no poder generar el ahorro suficiente, comprar una vivienda muchas veces ni siquiera es una opción para muchos, que ya de por sí tienen problemas para emanciparse.

Este es un problema que en España al menos se da de forma estructural. Ya apuntaba a ello la Sociedad de Tasación en 2020, que explicaba que los jóvenes españoles deberían cobrar el doble si querían acceder a la vivienda en propiedad –si se destina menos de un 30 % del salario a una hipoteca, que es el porcentaje recomendable–. Estos datos se suman a los que arrojaba el Consejo de la Juventud de España, que informaba de que en 2021 apenas 1,5 de cada 10 personas jóvenes vivieron en un hogar independiente, lo que suponía el dato de emancipación más bajo de este siglo.

Cambio de cultura y mentalidad

No sólo la variable económica podría estar influyendo en un cambio de preferencias hacia la vivienda. Fórmulas como el alquiler, que ofrece mayor flexibilidad frente a la rigidez de la compraventa, pueden cubrir de mejor forma la necesidad de residencia especialmente de los jóvenes. Además, como es evidente, la pandemia ha supuesto un cambio en las conductas y preferencias de la población, algo que también afecta a las formas de acceder a la vivienda. Y este contexto ha podido acentuar estos cambios, haciendo que muchas personas reorganicen sus prioridades a la hora de pensar en una vivienda.

La implantación del teletrabajo y su cada vez mayor demanda han estimulado la movilidad geográfica de muchos empleados, especialmente entre los núcleos urbanos, donde encuentran en el alquiler una opción que se adapta mejor a sus circunstancias. Esto arrastra una tendencia que ya se venía advirtiendo al menos en nuestro país desde hace unos años, una modulación al alza de la preferencia por el alquiler frente a la compra, como señalábamos antes.

Culturalmente, el alquiler también le puede ganar terreno a la compra si la sociedad cada vez siente menos apego hacia la propiedad. Esta necesidad de posesión se va suavizando poco a poco con el tiempo, algo que camina en paralelo a una sociedad progresivamente más flexible y fluida. Es un fenómeno similar al de otros sectores, como el del transporte, en el que ya hay fórmulas colaborativas que buscan resolver necesidades a corto y medio plazo, y no tanto a largo.

Con todo, sea por motivos económicos o socioculturales, son muchas las razones que explican por qué el alquiler es cada vez una opción para muchos jóvenes que quieren acceder a la vivienda, una tendencia que ya se viene dando desde hace décadas en gran parte de Europa y que ahora también incluye a otros países como España.