Día cinco de enero, cuatro de la tarde. Hordas de familias se echan a la calle arrastradas por los pequeños de la casa. La tensa emoción puede cortarse con un cuchillo. Ya están aquí; estés donde estés, ellos también están. Cada año por estas fechas es impensable no encontrarse con la cabalgata de los Reyes Magos.

¿Que quiénes son los Reyes Magos? Bueno, por si hay algún despistado, son unos personajes probablemente inspirados en la tradición sacerdotal babilónica que aparecen en el evangelio de Mateo (que no dice que sean tres, ni que sean reyes tampoco) que se dirigieron a Belén desde Oriente (aparte de lo que sugiriera Benedicto XVI) siguiendo una estrella para adorar a Jesús en su nacimiento y ofrendarle oro, incienso y mirra.

¿De dónde viene la tradición?

El caso es que andando el tiempo Melchor, Gaspar y Baltasar (que así se han llamado en la tradición católica) se convirtieron en figuras importantes de la cristiandad. Su primera representación data de la Rávena del siglo VI, para convertirse en habituales de la iconografía y el teatro europeo medieval. En España y el ámbito hispanohablante son especialmente populares.

Fue a partir del siglo XIX cuando comenzó a celebrarse en España la Noche de Reyes y a considerarla una festividad orientada a los niños, y se fueron construyendo los rituales que la rodean. Los niños escriben una carta a los Reyes pidiéndoles regalos. Esa noche del 5 al 6 de enero ponen sus zapatos en la ventana u otro punto de la casa para que los Reyes les dejen allí los regalos.

También dejan agua para los camellos de los Reyes y para ellos un vaso de leche y unas galletas (o unos polvorones y una copeja de coñac, que hace frío). A los niños que se han portado mal se les deja carbón. En América Latina las festividades varían (en algunos sitios los niños “cantan los reyes” por las casas a cambio de un donativo, tradición presente también en la Alemania católica y en Polonia).

Pero la tarde antes, para calentar al público, los Reyes hacen su entrada triunfal en todas las ciudades españolas (ellos pueden, porque son magos). La cabalgata consiste en un séquito de diferentes carrozas desde las que los reyes saludan al personal y sus pajes tiran caramelos a la muchedumbre (ojo con las abuelas, que sacan los codos para hacer botín). Se acompañan de música, espectáculos…

Las mejores cabalgatas de Reyes

Se dice que la cabalgata pionera es la de Alcoy, que se remonta a 1866 y entronca con los autos sacramentales (escenas teatralizadas) de tradición medieval. Esta localidad levantina sigue celebrando con orgullo esta cabalgata (declarada Bien de Interés Cultural) cada año, que arranca con el Enviado Real el día 4 y se acompaña de pastores, teatro de títeres, grupos de música y bailes, y fuegos artificiales.

En las grandes ciudades compiten por hacer la cabalgata más espectacular.

  • En Madrid hay varias, pero la más importante va de Nuevos Ministerios a Cibeles.
  • En Barcelona los Reyes llegan en barco al Moll de la Fusta, el alcalde les entrega la llave mágica de todas las casas de la ciudad y el paje Gregorio les informa del comportamiento de los niños.
  • En Sevilla la cabalgata son nada menos que 33 carrozas, la más larga de España.

Y luego las hay con sus peculiaridades

  • En Gijón llegan en helicóptero a la playa (lo de llegar en barco se les quedaba pequeño…).
  • En el pueblo de Casavieja (Ávila) tradicionales grupos de zambomberos escoltan la cabalgata.
  • En Santillana del Mar (Cantabria) y en Churra (Murcia) recrean un auténtico auto sacramental que se remonta al siglo XVIII.
  • En las estaciones de esquí aragonesas (Cerler, Formigal, Panticosa y Javalambre) los Reyes bajan de las pistas esquiando.

Un alegato. Nos parece estupendo que por fin, tras años y años de pintura facial, casi cada pueblo de España haya conseguido que el rey negro sea, efectivamente, negro. Pero, ¿qué pasa con los reyes barbudos? Hace años sería comprensible la barba de pega, pero ¿acaso no hay suficientes hipsters hoy en día como para encontrar a los actores adecuados?

Sólo queda al día siguiente comerse el Roscón de Reyes en familia, vigilando a quién le toca la figurita y a quién le toca el haba. Ah, y abrir los regalos con emoción, claro; y disfrutarlos al máximo, porque en unas horas, máximo un par de días, la vuelta al cole… Sí, si yo soy más de Reyes que de Papá Noel, pero es que llegan tan tarde…

Si conoces alguna otra cabalgata que quieras recomendarnos, es el momento de hacerlo, añade tu comentario.