Ocho Secretos sobre Chueca

El barrio de Chueca, en pleno centro de Madrid, es uno de los barrios más vibrantes de la capital. Seguramente hayas estado en alguno de sus bares o restaurantes de moda o hayas disfrutado como nunca en las Fiestas del Orgullo Gay, pero seguro que no sabes estas ocho curiosidades y secretos de este barrio madrileño tan auténtico.

1. Quién fue Chueca

Comencemos por el principio. No todo el mundo sabe que el barrio de Chueca honra al famoso compositor madrileño Federico Chueca. Compuso óperas, zarzuelas y género chico. Nacido en 1846, este músico con un talento innato era castizo, castizo. De hecho, estos son algunos de los títulos de sus obras: La Gran Vía, Vivitos y coleando, Agua, azucarillos y aguardiente, La alegría de la huerta...

2. La Casa de las Siete Chimeneas

Este edificio tiene leyenda, con historias de fantasmas incluida. Ubicada en la Plaza del Rey, la Casa de las Siete Chimeneas ya existía en el siglo XVI. Por un lado, este palacete ha sido testigo de grandes acontecimientos históricos de España, por otro, sus moradores, casi siempre ilustres, han escrito la historia de este país. Aunque lo que más se narra de ella es que el espíritu de Elena siga merodeando por la casa. Unos cuentan que era la amante de Felipe II y que ella le mandaba mensajes de amor dependiendo de la chimenea que encendiera. Otros, que Elena se casó con el capitán Zapata y al morir en la guerra de Flandes, Elena se murió de pena. Y lo que es más raro, su cadáver desapareció. Son muchos los que han experimentado episodios paranormales o dicen haberla visto. Y son pocos los obreros a los que les apetece hacer reforma en la Casa de las Siete Chimeneas.

3. El pasadizo secreto

Volviendo ya a épocas más recientes, a principios del siglo XX, hay que hablar de dos de las coctelerías más famosas de Madrid. El actual Museo Chicote, que abrió en 1930 y se ubica en Gran Vía, 12 y el Cock, en la Calle de la Reina, 16. Cuando el coctelero Perico Chicote compró ambos locales en 1945, también construyó un pasadizo entre las dos coctelerías. Cuentan que las mejores fiestas eran en el patio trasero, el Cock, de estilo "Speakeasy". Los mentideros de la época también narran que Chicote guardaba su colección de botellas de alcohol del mundo en el mismo pasadizo. Lo que está claro es que estos bares han dado mucho que hablar y siguen dándolo. George Clooney, Pedro Almódovar, Alaska y Mario... son muchos los que sucumben a los encantos de este local.

4. Un bar de toda la vida

En Madrid, el ritmo de cierres y aperturas de locales es frenético. Por tanto hay que apreciar el mérito de ser un bar "de toda la vida", de haber sobrevivido a las diversas crisis económicas y gustar a los cambiantes vecinos. El Olímpico, es una gran muestra de ello. Por las mañanas hay parroquianos de toda la vida, tomando su café. Después trabajadores de la zona y vecinos van a por el menú del día. Por la tarde, ya de cañas, con la buena tapa que pone el camarero del Café Bar Olímpico, situado en la Calle Infantas, 40.

5. Barrio de la droga

Con el camarero del Olímpico se puede hablar de cuando Chueca fue el barrio de los yonkis de Madrid. A Chueca se iba a pillar y también a pincharse. Una tía segunda mía tenía una tienda de alimentación, lo que hoy sería un "chino" y recuerdo, a pesar de que era muy pequeña, que las veces que fuimos a verla a su tienda tuvimos que sortear las jeringuillas, en plural, del suelo. Antes de convertirse en uno de los mejores distritos gay del mundo, Chueca tuvo un pasado oscuro y decadente.

6. Plaza Pedro Zerolo

Antes de que se llamara así en 2016, esta céntrica plaza de Chueca se llamaba Vázquez de Mella. La repentina muerte del socialista Pedro Zerolo, uno de los políticos que más visibilizaron y lucharon por el colectivo LGTBI (en España se aprobó el matrimonio homosexual en 2005, el cuarto país del mundo).

7. Tony 2

Hay pocos bares sin música, sin Dj, y sólo con un piano, en directo, como entretenimiento. El Tony 2 es uno de ellos y siempre está lleno. Sus copas cada vez son más caras y no del mejor alcohol, pero la diversión que se genera en este bajo de la Calle Almirante, lo vale todo. Abierto hasta el amanecer, en este bar se mezclan perfiles tan distintos (sobre todo entre semana) que es un gusto cantar y hablar con cualquiera.

8. San Valentín

En la iglesia de San Antón, aparte de la maravillosa obra de caridad que hacen con los sin techo de Madrid gracias a Mensajeros de la Paz, hay un secreto muy interesante. Un día que estés por la calle Hortaleza entra y pide alguno de sus encantadores voluntarios que te cuenten la historias y las curiosidades de esa iglesia. A mí, la que más me gustó es la de que los restos del mismísimo San Valentín están allí, en uno de los altares. Cada 14 de febrero, se puede poner una cinta para que el amor perdure o para pedir a San Valentín que nos ayude a encontrarlo.

¿Tienes algún secreto sobre Chueca? ¡Cuéntamelo, prometo no contarlo! ;)

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