Tenemos la suerte de tener como idioma materno el español, una de las lenguas más populares y con más proyección mundial en la actualidad. Por esas razones, a muchos nos ha tentado en algún momento lanzarnos a enseñar español en el extranjero, como parte de nuestro proyecto profesional o como un medio para cambiar de aires y ganar algún dinero.

Bueno, es una de esas cosas que parecen más fáciles de lo que son en realidad. A ver si te crees que eres al primero que se le ocurre, para empezar. En realidad, todo depende, y mucho, de tus expectativas y de tu posición de partida. En función de eso te convendrá más tomar unas decisiones y caminos u otros.

Posición de partida: dónde estás, qué experiencia tienes

Vamos a hacerlo fácil. Elige la opción A o B en los siguientes casos:

  • A: Vivo en el extranjero / B: Vivo en España. Desde la comodidad del sofá primigenio las cosas se ven más fáciles de lo que son (normalmente). Si ya estás en otro país lo tendrás mucho más fácil para saber si hay mercado (¿hay alumnos? ¿y profesores?) y dónde buscarlo con exactitud.
  • A: Tengo titulación como profesor ELE / B: Nunca he dado clase de español. Pues hombre, no basta con ser nativo… Por si te pilla muy descolocado, ELE significa “Español como Lengua Extranjera” y hay formaciones específicas, desde cursos de dos semanas a másters de dos años (la oferta del Instituto Cervantes en Londres, por ejemplo). Siempre es posible dar clase sin ninguna formación específica, pero es más difícil que nadie te contrate o repita, claro.
  • A: No tengo experiencia enseñando español, pero sí otras materias / B: No he dado clase de nada en mi vida. Está bien pensar en positivo y ser voluntarioso, pero una primera experiencia como docente, si no es imprescindible, ayuda mucho. Sabrás cómo prepararte, cómo encontrar y elaborar materiales, esas cosas. La experiencia es un grado.

Si has marcado B en las tres ocasiones, me permito aconsejarte que le des una vuelta a la idea, que te plantees trabajar en otra cosa si decides irte al extranjero o que te prepares bien haciendo una de las formaciones específicas en ELE de las muchas que hay por ahí. Si las tres veces has elegido A, enhorabuena, estás en la situación de partida perfecta.

Expectativas: dónde, cómo y por cuánto tiempo

Repetimos. Elige A o B:

  • A: Quiero que la enseñanza de español a extranjeros se convierta en mi forma de vida / B: Sólo quiero ganarme un dinerillo extra. Si va a ser algo puntual podrías optar por ofrecer conversación a extranjeros que quieran perfeccionar su español, anunciándote en los tablones de anuncios de universidades (por ejemplo) o a través de plataformas online (Preply o Lingostan, por ejemplo).
  • A: Quiero irme a un lugar remoto sin billete de vuelta / B: Quiero vivir en alguna capital europea y volver a España cuanto antes. La competencia en París es mucho mayor que en Singapur, por poner dos casos, por lo que te será más difícil trabajar. Conocer el idioma del sitio donde vas también es importante, casi imprescindible. Y no confíes en llegar y besar el santo.
  • A: Quiero montármelo por mi cuenta / B: Quiero que me contrate alguna empresa o institución. En el primer caso la experiencia no será un problema, nadie te pedirá un CV; pero prepárate para hacer los trámites necesarios (el ejemplo alemán). Las farolas serán tu primera plataforma. En el segundo necesitarás experiencia, investigar un poco los posibles empleadores y un traje.

Si predominan las respuestas A es que tu proyecto para enseñar español en el extranjero no es una aventura temporal. No hay nada de malo en que lo sea, mira qué bien lo explica esta chica en su blog; simplemente, serán diferentes:

  • las estrategias de búsqueda (por agencia o internet, con el boca a boca o a tiro fijo)
  • los objetivos (alumnos que quieran conversación o que necesiten bases gramaticales)
  • los medios (clases particulares a domicilio, en una academia, en un centro oficial)
  • los contenidos (clases ocasionales, cursos estructurados, materiales)
  • los plazos (un alumno se consigue enseguida, una clientela fija lleva su tiempo)

A lo mejor te parece que te hemos puesto crudo lo de trabajar de profesor de español en el extranjero… Pues qué va, desde aquí te mandamos un montón de ánimos, no hay ninguna de todas estas dificultades que no puedas superar, estamos seguros de ello, poniendo todo tu empeño y con buenas dosis de paciencia.

Si trabajas enseñando español en el extranjero o tienes experiencia como profesor de ELE nos encantaría oír lo que tienes que decir :)