En poco más de un año, tras el cambio abismal que ha supuesto el coronavirus, hemos tenido que dar un giro a nuestra vida. No solo en la forma en la que nos relacionamos con amigos, familia, vecinos; también en el trabajo o en las gestiones del día a día.

Una transformación que quizás nunca antes nos habríamos imaginado y que también ha afectado al mercado del alquiler: la oferta de pisos, los procesos para la formalización de contratos, el precio e incluso las tendencias en la demanda.

De hecho, solo tenemos que echar un vistazo al número de viviendas en alquiler antes y después del confinamiento, que en algunas ciudades como Madrid o Barcelona aumentó más de un 60%. La casi completa paralización del sector turístico estuvo, en buena medida, detrás de ese incremento, que obligó a muchos propietarios a decantarse por la renta a largo plazo.

Pero la pandemia nos ha traído otros muchos cambios que han llegado para quedarse, al menos, por el momento:

  • Preferencias de los inquilinos

Pasar tantas horas en casa durante el confinamiento hizo que muchos se replantearan cuáles eran sus prioridades ante su próximo alquiler. Ahora más que nunca el tamaño importa y existe una clara tendencia a priorizar los pisos más grandes, aunque con ello se tenga que renunciar a localizaciones céntricas. También se apuesta por espacios y zonas comunes más amplias en el caso de viviendas compartidas; mayor luz y ventilación; se le otorga más importancia a las terrazas, balcones o patios y otras áreas de exterior comunitarias; y, por último, queremos casas bien conectadas. ¿Qué hubiera sido de nosotros esos meses sin internet?

  • Precios del alquiler

En los últimos años habíamos visto crecer casi de forma vertiginosa los precios de alquiler, sobre todo en las ciudades más grandes. Sin embargo, la pandemia parece que no solo ha contenido ese aumento, sino que incluso se han percibido algunos descensos. En este contexto, las medidas de intervención del alquiler que se han llevado a cabo en ciudades como Berlín, París, Dublín o Barcelona parece que no están teniendo una incidencia clara sobre las rentas, pero deben estar presentes de cara al futuro.

  • Digitalización del mercado

El mercado del alquiler, como todo lo que nos rodea, ha vivido una aceleración desde el punto de vista digital. Los negocios son más digitales que nunca, y el consumidor también. En Spotahome nos sentimos muy orgullosos de haber sido pioneros y de haber apostado por un modelo que se adelantó al presente, allá por el año 2014. Las restricciones de movimiento, la imposibilidad de realizar visitas personales a los pisos…, han confirmado algo que ya sabíamos: nuestra plataforma ofrece la máxima confianza y seguridad para que inquilinos y propietarios puedan formalizar un contrato con un proceso totalmente digital.

  • Situación de los pisos

La búsqueda de pisos más espaciosos, con terrazas, luz y zonas comunitarias también ha traído consigo un redescubrimiento de los cinturones de las grandes ciudades. El centro urbano, con viviendas habitualmente más pequeñas y menos confortables, pierde atractivo, aunque no sabemos si por mucho tiempo.

  • “Claúsula Covid” en los contratos

Por último, cabe mencionar una de las novedades más llamativas de este año: la cláusula Covid. Se trata de un mecanismo de tipo jurídico que permite rescindir cualquier contrato por motivos relacionados con la crisis sanitaria, sin que afecte negativamente al inquilino. Por su parte, el propietario, junto con sus inquilinos, establece las condiciones necesarias que pueden propiciar dicha renuncia de contrato.

En definitiva, la Covid-19 ha introducido numerosos factores que, hace un par de años, nos parecerían completamente extraños. Sin embargo, es posible que muchos de estos cambios hayan llegado para quedarse y debemos tenerlos en cuenta a la hora de alquilar un piso. Si eres propietario de una vivienda, desde Spotahome te acompañamos y asesoramos en ese proceso para que puedas resolverlo con la máxima agilidad y garantías.