Cualquiera que haya vivido de alquiler sabe que los recibos son un punto importante a la hora de decidirse por una vivienda o por otra. Si además has alquilado un piso fuera de tu país, sabrás también que puede convertirse en un tema peliagudo; y, si no lo sabes, te vas a enterar pronto, ya verás.

Y es que en cada lugar hay pequeñas diferencias, matices y costumbres a la hora de pagar los recibos típicos de un alquiler. A veces son causa de malentendidos absurdos, y otras pueden ponernos en un aprieto con el casero, los compañeros de piso o nuestro banco. Dice el proverbio español que “el que paga, descansa”…

Y de eso se trata este post: de que puedas pagar tranquila y cómodamente tus recibos durante tu estancia en España. Para ello queremos aclararte todas las cuestiones relacionados con los recibos en un alquiler en España; cuáles son los más habituales, cuándo y cómo se pagan y demás detalles.

Recibos y alquiler en España: panorama general

Supongo que todos sabemos a estas alturas qué son los recibos y cuáles son los principales: los pagos mensuales de servicios y suministros, básicamente electricidad, agua, gas, teléfono, internet… ¡aparte del propio alquiler, claro! Puede que te las veas con otros (basura o comunidad, por ejemplo), pero sería raro.

Aunque la ley permite a casero e inquilino negociar quién paga qué, lo normal en España es que el inquilino pague aquellos gastos que se puedan medir de forma individual a través de contadores (como la electricidad o el agua) y el propietario se encargue de los gastos generales, como la comunidad o el IBI.

Lo ideal es fijar en el contrato quién paga cada concepto. También es muy interesante establecer quién será el titular de los servicios; porque los gastos asociados al alta, baja o transferencia del contrato… ¿quién los paga? En este post te aclaran muy bien todo este asunto de altas y bajas.

Así que, resumiendo, prepárate para pagar (aparte del alquiler de la vivienda) algo así como un recibo de electricidad, otro de agua, otro de gas y otro de telefonía, sea a tu casero o directamente a la compañía proveedora. No sé si serán exclusivos de España, pero hay una serie de rasgos típicos a tener en cuenta:

  • El alquiler se suele pagar por adelantado o en la primera semana de cada mes. El resto de recibos pueden ser mensuales o bimensuales.
  • Entender el recibo de la luz en España es casi heroico. El número de posts en internet intentando explicar la factura de luz es literalmente de varios cientos.
  • El recibo del agua incluye con frecuencia otras tasas, como las de la basura y otras “ecotasas”, que son las que suelen dar peso al recibo.
  • No es infrecuente encontrar un montón de casos especiales, sobre todo en viviendas antiguas. Que si el agua la paga la comunidad de vecinos, que si dos viviendas tienen un mismo contador eléctrico. La casuística al respecto es como los fractales: tiende a infinito.

Llega la hora de pagar recibos

Existen varias maneras de pagar tus recibos en España; las mismas, hasta donde yo sé, que en el resto del mundo civilizado. A saber, en metálico, mediante fórmulas bancarias (básicamente una transferencia, porque el cheque se usa muy poco) y a través de las nuevas formas de pago (online, aplicaciones móviles y similares).

Domiciliar un recibo es lo más cómodo entre los métodos tradicionales. La transferencia (o el cargo en cuenta) se hace automáticamente, y sólo tienes que dar orden a tu banco para que haga la transferencia regularmente o acepte el pago a las empresas proveedoras. Por cierto, ¿ya tienes cuenta de banco en España?

Si te gusta más pagar a la vieja usanza, en metálico y por ventanilla, que se llama, lo tendrás complicado con algunas empresas proveedoras con pocas oficinas (y los bancos han restringido muchísimo sus horarios para el pago de recibos, los muy canallas). Las oficinas de Correos son otra opción: basta acudir con el recibo y el dinero, o señalar el titular y la cantidad. También se pueden pagar recibos en algunos cajeros automáticos.

En España el pago en mano del alquiler es todavía bastante habitual. Si es tu caso, asegúrate de dos cosas fundamentales:

  • Si pagas a tu casero tus facturas (porque sea él el titular de los servicios), que te muestre siempre la factura que vas a pagar. Si te da copia, mejor. Que sepas que puedes negarte si no lo hace.
  • Que te dé un recibo. “Recibo” significa precisamente eso, que la persona ha recibido una cantidad de dinero y lo confirma mediante un sencillo papel indicando el nombre de ambos, la cantidad, la fecha y la firma en este caso del casero.

Si te ha tocado un casero moderno es probable que puedas pagarle de otras maneras (a través de una tarjeta online o PayPal o Twyp o demás vías telemáticas). También existe software diseñado para automatizar el cobro de recibos inmobiliarios que, aunque interesa más a tu casero, puede facilitarte bastante la vida a ti también.

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