-Texto original por SABRINA, traducción por Andrés Varela-

Llevo viviendo como expatriada durante más de una década. Durante este tiempo he vivido en 5 ciudades, 4 países y 2 continentes. Así que aquí os dejo 5 lecciones que aprendí durante mi experiencia como expatriada.

1. Hay que tener fuerza

Los comienzos para un expatriado son los más duros, sobre todo si no viajas en compañía o si no hablas el idioma. Pero lo primero que debes saber es que dentro de ti está la fuerza para hacerlo. Puede que se te salten las lágrimas y no tengas más que calderilla en los bolsillos, pero verás cómo encuentras la fuerza para seguir adelante un día más. Y así día tras día, semana tras semana y muy pronto habrán pasado meses y habrás sobrevivido a tu primer año en el extranjero. Muy pronto conseguirás superar tus miedos y comenzarás a disfrutar tu vida de expatriado, harás nuevos amigos, acogerás nuevas costumbres y vivirás un montón de aventuras.

2. Aprenderás cosas nuevas sobre tu país

Lo más probable será que en tu nuevo grupo de amigos haya alguien de tu misma nacionalidad. Y precisamente, serán estas nuevas amistades las que hagan que aprendas cosas que desconocías sobre tus paisanos y cultura. Verás cómo al volver a casa empiezas a apreciar pequeños detalles que antes pasabas por alto, pero esto es un arma de doble filo, así que empezarán a molestarte cosas que nunca lo habían hecho. Pero no te dejes vencer por la pereza o la timidez y relaciónate con gente que no sea de tu país. ¡Pero siempre es bueno tener a mano un grupo de amigos de tu país que puedan enseñarte la ciudad y las palabras clave del idioma!

3. Prepárate para expatriar tus amistades

Cuando termines de asentarte en tu nueva ciudad o país, la distancia comenzará a fortalecer algunas de tus relaciones. Mis mejores amigos, son personas a las que solo veo una o dos veces al año, pero con los que llevo una década compartiendo buenos momentos. Muchos de ellos están ahora desperdigados por el mundo y otros siguen donde siempre, pero por dura que pueda resultar la distancia, nunca ha conseguido afectar a nuestra relación. Así que prepárate para vivirlo en tus carnes: aunque la mayoría de tus amigos seguirán en contacto contigo y estarán encantados de ponerse al día contigo, otros se irán distanciando poco a poco a causa de tu nueva "personalidad internacional" hasta llegar perder el contacto. ¡Pero no te preocupes! Si estas personas ya no siguen en tu vida es porque no merecían la pena y seguramente tengan envidia de tu nueva vida, tus logros y tu coraje. Así que aléjate de ellos y acércate a tus amigos de verdad.

4. El choque cultural nunca dejará de sorprenderte

Da igual que hayas viajado por todos y cada uno de los 196 países del mundo, no hay lugar como el hogar. Mudarte al extranjero no tiene nada que ver con pasar tres semanitas de vacaciones y requiere mucho más coraje que hacerse la maleta. Cuando te mudes a una ciudad para trabajar o estudiar, te tocará lidiar a diario con una serie de desafíos. Algunas cosas son muy distintas a tu país, por lo que cada día tendrás que aprender a introducir nuevos estándares en tu vida. Pasito a pasito, verás cómo empezarás a aceptar estas cosas (por ahora incomprensibles) como lo más normal del mundo.

5. El hogar reside donde habita el corazón

Después de unos cuantos meses o años fuera de casa, seguro que ya tendrás mucha más soltura en el extranjero. Te sentirás a gusto con tu situación y comenzarás a amar tu nueva vida en el extranjero. Harás nuevos grupos de amigos y, quien sabe, puede que encuentres el amor, una nueva cafetería o lugares ocultos. Los momentos duros y tristes desaparecerán como por arte de magia y por fin podrás sentirte como en casa, porque después de todo, el hogar reside donde habita el corazón.


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