Creyente o no, es innegable que la religión ha legado a la humanidad una de las manifestaciones más evidentes de la belleza: su arquitectura. Mueven millones de turistas por todo el mundo, dejan más de una boca abierta y, a veces, tienen cientos de años. Hoy, en Spotahome te hablamos de nuestros monumentos religiosos favoritos del continente.
Notre Dame de París
Tiramos de clásicos porque crecimos con las historias de Quasimodo, Esmeralda y las gárgolas. Y buenamente se lo debemos a Víctor Hugo, quien, en su afán por dignificar la belleza del gótico y de la catedral, escribió la monumental Nuestra señora de París para intentar aplacar el recelo de los ciudadanos hacia este estilo arquitectónico. Pese al incendio de 2019, la catedral de Notre Dame, que data del siglo XII, sigue siendo uno de los símbolos más significativos no sólo de la ciudad de la luz, sino de toda Europa, y es, por supuesto, una de nuestras apuestas favoritas en este recorrido monumental que te proponemos hoy.
Basílica de San Pedro
De San Pedro no podemos decirte mucho que no sepas. Es el epicentro mundial del catolicismo y uno de los lugares más importantes de peregrinaje cristiano, con permiso de Jerusalén. De estilo renacentista y barroco, San Pedro, que es la solemnidad hecha edificio, hay que visitarlo al menos una vez en la vida. Es, además, el templo más grande de la cristiandad y, con trabajos de Miguel Ángel, Rafael o Bernini, uno de los espacios con mayor concentración de patrimonio cultural de todo el mundo.
Mezquita azul de Estambul
Hace poco te hablábamos de la ciudad turca como uno de nuestros destinos favoritos de este 2021. De Estambul dicen que es el beso entre Asia y Europa, y lo único que se nos ocurre que puede honrar de forma justa a la belleza de la metáfora son sus mezquitas, en especial la del Sultán Ahmed. Más conocida como la Mezquita azul, el templo, construido en el siglo XVII, es un elogio material del color y la luz, que hacen que su visita sea casi espiritual. Si Estambul es un beso entre dos continentes, recibir la luz del interior de la Mezquita azul debe ser lo más parecido a un contacto entre lo terrestre y lo divino.
Catedral de Santa María del Fiore de Florencia
No son pocas las razones por las que la ciudad del Renacimiento hechizó a Stendhal, pero Santa María del Fiore es la más evidente de todas ellas. También de estilo gótico, la catedral del Fiore es uno de los templos más importantes de toda Italia. Su construcción comenzó a finales del siglo XIII y es una visita obligatoria en el paso de cualquier turista por Florencia. Subir a la cúpula de Brunelleschi para contemplar la panorámica de la ciudad toscana es la guinda perfecta para todo el pastel que es Florencia.
Catedral de San Basilio de Moscú
La Catedral de la Intercesión de la Santísima Virgen en el Montículo, más conocida como Catedral de San Basilio, posiblemente sea, en su conjunto con la Plaza Roja, el emblema más representativo de Moscú. Y no sólo por su reconocimiento, sino también por su evidente monumentalismo, que, en la misma línea que el paisaje urbano de la capital rusa, hace difícil no caer en su encanto. Construida por orden de Iván El Terrible a partir del siglo XVI, la Catedral de San Basilio, que a primer vistazo evoca los dibujos y los cuentos de la infancia, es sin duda el edificio de la arquitectura ortodoxa más reconocible del mundo.
Mezquita Catedral de Córdoba
En su día, fue una de las mezquitas con mayor extensión de todo el planeta y ahora es uno de los monumentos más visitados de España. Su construcción como mezquita comenzó en el siglo VIII, pero, tras la reconquista cristiana en el siglo XVI, se consagró como catedral de la ciudad. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984, la Mezquita-Catedral de Córdoba es uno de los ejemplos más hermosos de la simbiosis cultural, pero también la prueba viva de la necesidad de conservar el patrimonio y el pasado.
